Te Prometo Anarquía

nunca es tarde para consolidar nuestra pertenencia a la carne, al hormigón y a las serenatas que pululan en la oscuridad cuando nuestras manos laten y los grillos se emocionan

diana morales

 

 

[DIANA MORALES]

 

 

 

SER UN TIRALÍNEAS SÓLO PORQUE ME GUSTAS

 

Busco la señal:

una pestaña expulsada

de tu atmósfera o

el chasquido de tus dedos

a mi plexo solar.

 

Trato de seguirle el paso

al músico neurótico de tu respiración

y así quizá logre inhalar

el polen de tu caos.

 

Nunca supe llenar de flores

los caminos de los tipos

que me humedecen las sílabas:  ¡Ah! ¡Oh! ¡Ah!

 

Las palabras no me funcionan y

sólo puedo ser un compás amorfo

que agita cada vez más

mis ganas de encajarle

los dientes a tus pantorrillas.

 

Vení y acóstate hoy conmigo.

 

Mañana ya no querré volverte a ver.

 

HIPERTROFIA

 

Una bala entre los dientes,

mi esqueleto tirita al otro lado

de la calle,

embolia en los ojos

y mutis de facto.

 

Evoco dulzuras

en golpes de granizo

y mi abrazo se llena de aire,

se contamina de plomo,

se contagia de techos

con su tragaluz y su art decó…

 

Ayer lloré sobre un parque

de balones y globos,

hoy se me congelaron las pestañas

y me dolió el verde solar.

 

Quemo todas las noches

el libro que no he parido,

y se me disuelve la saliva

en un café amargo,

que bebo desde una oficina

en donde debo tener la vista corta,

la lengua larga

y piernecitas de tobogán.

 

ARPEGIOS DE VÍBORAS

 

Abren sus bocas de mármol

para golpear a la sangre y

guerrear con fantasmas.

 

Van de frente, vienen de espaldas,

cuecen sus dedos y levantan vuelo

con sus alas de palo.

 

La cuerda tal, traste tal, tonada tal,

sus párpados violáceos chorrean

mi lengua muerta.

 

Hoy descubrí que mi amante tiene un garfio

y me besa con un ojo abierto

con su pupila que brilla como un cuchillo

partiendo la melodía.

 

Dedo medio en cuerda uno, mano derecha relajada,

ellos y ellas pronuncian mi nombre

y me muerden el hombro y siento su aliento de hienas,

S.O.S. en botella de ácido.

 

Lo siento, perdón, lo siento, perdón, lo siento

quiero hervir tu aorta en mi tazón de leche y

sorber pentagramas.

 

Ya no me invitarán a su mesa ni me tocarán la rodilla

para sentir mi hueso roto.

Mientras se ríen y se asolean,

de este lado hay una canción que tuvo que huir

por la puerta de atrás.

 

Víboras.

 

MI BOSQUEJO

 

Mi cuerpo es ancho como la vela

de un barco, para derrotar

al viento y al golpe incesante del mar.

 

Mi mente es el mar

con furia, con calma,

con visiones de abismos

y luces de anguila.

 

Mi lengua es anguila

eléctrica, centelleante,

caricia en arenas

y saliva en territorios de sal.

 

Mi lágrima es de sal,

amarga, obscena,

de invierno y verano,

que cae, como bala de cañón.

 

Mi cabeza fue hecha

de la bala de un cañón,

explosiva,

certera y nunca perdida

en el campo estelar.

 

Mis pies son el campo estelar

por eso el mundo nunca

me alcanza

para los pasos.

 

Los pasos que doy

son de lazo fuerte

nunca de encaje y caja

tosca, como la tierra.

 

Soy de la tierra,

del mar, del cañón, de la sal,

de la luz y del rostro

nocturno del universo.

 

Yo desnuda, soy el universo.

 

ASPIRADORA DE HOSPITAL

 

El hambre se ha tirado del despeñadero

causando ese dolor de redondez y miseria

de los niños con barrigas de tonel

y las mujeres con rostros hechos de lija,

de hombres con el azadón al hombro,

pues ya no existe más tierra qué acariciar…

 

Cuando era niña, soñábamos con manzanos,

fresas de miel y plátanos azucarados,

los carruseles con sus caballos de trigo

y las plazas gorditas de maíz y lluvia de arroz.

 

Me despierto, entre rostros achacosos,

gente de ocho a cinco y causas benéficas

solo de internet,

billetes que vuelan entre los dedos del avaro,

los tipos que persiguen sus sueños

y se echan a dormir sus mundos de ego,

el que grita callado, pues la vergüenza es mucha

y la habladuría rellena las paredes de los rascacielos.

 

Tiro mis monedas a los pies del viejo Bóreas

exacerbando mi propia ignorancia,

manoseando el culo de mi modus vivendi

pues es más fácil ver las noticias

desde mi sillón,

que ser pregonero del mundo.

 

 

13 de noviembre de 2014
1976, Guatemala Ciudad, poesía

¿algo qué decir?