Te Prometo Anarquía

álvaro sánchez: reconstrucción orgánica de la imagen

foto © jorge luis chavarría

 

I wonder why I enjoy art that explore the absolute worst parts of humanity.

Anónimo

 

TPA: Todo artista tiene una etapa inicial previa, obviamente, al momento en que su obra empieza por fin a respirar el aire público. ¿Cuándo empezaste a bosquejar, a trazar, a dibujar, a interesarte por la imagen? ¿Cómo fue esa etapa? ¿Buscabas algo en concreto?

A. S.: A decir verdad no tengo muy clara la idea en qué momento fue esa etapa pero si te podría decir que empezó claramente por una razón y esa era sacar las cosas que se saturaban ya en mi cabeza. Fue en la universidad, en la clase de fotografía, cuando el catedrático que nos daba la clase revisaba las hojas de contacto del proyecto que teníamos que presentar. Recuerdo haber presentado un bodegón muy mal ejecutado. Al verlo, él rompió mis hojas de contacto y literalmente me dijo que mi trabajo era una mierda. Me enojé mucho pero lejos de desanimarme adentro de mí algo me decía que el otro trabajo tenía que ser realmente bueno. Quería regresar con una venganza y así lo hice. Regresé con un collage (en ese entonces ni me imaginaba que estaba dando los primeros pasos en lo que se convertiría en la base principal de mi obra) muy en la estética del video de Closer de Nine Inch Nails. Claro, en una versión de muy bajo presupuesto pero esa era la idea detrás. Recuerdo estar muy clavado con esa estética y le di rienda suelta a lo que tenía en mi mente. Le gustó y de hecho la incluyó en una pequeña exposición que hizo en la universidad. Y no es que las exhibiciones universitarias sirvan de algo, porque no sirven para nada, pero creo que sí sirvió de algo porque fue la primera vez que sacaba algo a la superficie. Y decir que buscaba algo en concreto probablemente sí, pero todo era como tratar de ver a través de una nebulosa. Sólo sabía que quería vengarme por esa hoja de contactos rota y así fue. Lo demás vino después.

 

TPA: Observando un poco tu trayectoria parece que hay dos etapas: tus publicaciones en una cantidad considerable de revistas europeas, americanas, etc., sin que en Guatemala se hablara tanto de vos; y un poco más tarde, tu aparición cada vez más frecuente, en varios circuitos de la escena artística guatemalteca. ¿Fue esto un poco así?

A. S.: Así fue mi exposición pública. No empezó en Guatemala. Empezó en el extranjero en una página australiana que publicaba trabajos de personas de todo el mundo bajo un concepto y tenías un deadline para presentarlo. La página se llamaba Urban Collective. Y curiosamente la conocí por un amigo de Guatemala que trabajaba conmigo en la agencia de publicidad en donde estaba en ese entonces. Empezó como un juego de armar «cadáveres exquisitos» con él hasta que me dijo que debería participar en las convocatorias que hacía la página. Luego de eso, otras plataformas empezaron a llegarme. Revistas de Alemania, Grecia, Italia, Ucrania y otros países. Era y sigue siendo emocionante ver mi trabajo llegando a distintos públicos. En el circuito local tardó mucho tiempo en explotar (parece que así es la fórmula: todo empieza afuera y luego en tu lugar de origen y no queda más que aceptarlo y hacerle muchas pelotas). Aquí empezó gracias al gremio literario. Para ser específicos con la editorial Catafixia y a Alejandro Marré quien me invitó a realizar una portada para el libro Radiografias del mexicano René Morales Hernández. Así es como nos conocemos con Luis Méndez Salinas y Carmen Lucía Alvarado, ambos escritores y editores. Y creo que ese encuentro fue clave para mí, ya que a partir de ese momento hasta el día de hoy hemos creado una buena mancuerna y un cuerpo de trabajo bastante interesante en cuestión de imágenes y letras. Es ahí donde otras personas que no tenían ni la menor idea de que mi trabajo existía llegan a conocerlo y surgen otras colaboraciones con escritores y editoriales de otros países. Se podría decir que tengo una gran deuda con la literatura. Deuda que sigo pagando y con mucho gusto.

BESTIAS CONTENIDAS

 

TPA: Hablando de publicaciones impresas, digitales, etc., muchos artistas suelen ser muy selectivos a la hora de «compartir», por así decirlo, su trabajo. En tu caso, no se percibe esa actitud; es decir, tus piezas aparecen tanto en un blog personal de x individuo, en una revista de gran relevancia o en la portada de un libro de Gamoneda. ¿Existen polos para Sánchez? ¿Todo espacio es válido?

A. S.: Creo que es por esa deuda que te cuento que tengo con la literatura, con las personas que han creído en lo que hago, los galeristas que me han dado espacios, los coleccionistas que se arriesgan conmigo, la gente en el extranjero que me ha dado una mano para que mi trabajo sea conocido, a espacios como este que se interesa en saber lo que tengo que decir. Es decir, me gusta apoyar proyectos y no es que pueda hacerlo con todos pero sí lo hago con los que me dicen algo. He tratado de ser egoísta pero no me sale. Casi todo espacio es válido una vez dialogue con mi trabajo. Que haya una especie de conexión. Y sean espacios que tengan algo que decir. Desde un fanzine hasta un libro de alguna fundación importante. Quiero que toda la gente de alguna forma tenga acceso a lo que hago. Y no creas, entre todo también soy selectivo pero trato de ser abierto a las propuestas que me invitan para ser parte de algo. Pienso que el registro de tu trabajo es muy importante. Es lo único que queda cuando te convirtás en una pila de huesos.

 

TPA: Música, cine, literatura, no sabemos si en ese orden, son recursos esenciales y forman parte de tu proceso creativo. Intuimos que te vivís retroalimentando y buscando esos feedbacks vitales con otras fuentes artísticas. ¿Cómo es ese proceso? ¿Es así como surgen las ideas que desarrollas en tus imágenes?

A. S.: Sí, claramente esas son mis influencias mas directas, y este lugar. Siempre lo he dicho: esta ciudad está infestada de una especie de asco hermoso que me inspira mucho, una decadencia propia de lugares como Guatemala, con muchos contrastes. Es inevitable no ser afectado, es como vivir en el delirio de la cabeza de un loco. Pero también mi proceso consta de mucha investigación sobre los temas que quiero tratar, del trabajo de los artistas que admiro y del trabajo diario y constante aunque suene cliché pero así es o al menos a mí me funciona así. Me gusta leer narrativa porque hay muchas ideas en una buena novela, la poesía la leo porque que me facilita hacer conexiones de imágenes y la lectura de filosofía me otorga una especie de base o sustento a lo que digo. Son feedbacks necesarios que me ayudan mucho. Cada artista tiene un proceso diferente. Mi proceso no es nada del otro mundo se basa en una sola palabra a la que le he sido fiel toda mi vida: curiosidad.

 

TPA: Después de las dos etapas iniciales mencionadas antes acerca de tu trayectoria, vemos que empezás a colaborar con escritores y poetas en la confección visual de sus libros y, casi a la vez, tu trabajo da un salto hacia las exposiciones colectivas e individuales, tanto en Guatemala como fuera. ¿Qué nos podés decir al respecto?

A. S.: Creo que tuvo que ver con que otros escritores empezaron a encontrar una conexión con lo que yo creaba versus lo que ellos escribían. Es como decirle al escritor: «Si yo escribiera, lo haría como vos, y viceversa». Y eso fue creando lazos con diferentes lenguajes artísticos y estos fueron encontrando su espacio. Siempre he creído que el trabajo encuentra sus propias rutas de viaje. Sin forzarlos la obra llega a ser una especie de imán que los atrae. Pero claro está, esto es a base de mucho trabajo. Y darle el espacio que merece. Llegar al punto en donde decís: «Esto no es negociable. Esto es lo que hago. Esto es mi vida». Sólo así funciona, al menos a mi parecer. Y creo que también surge como fan de la literatura que soy. Es como mi manera de pertenecer a ese mundo sin ser escritor.

LA VIDA ETÉREA Y FÚNEBRE COMO EL SUICIDIO DE UNA MARIPOSA

 

TPA: Más allá de lo evidente, y apelando a tu propia perspectiva y a tus palabras, ¿cuáles son tus preocupaciones vitales y artísticas? ¿Qué buscás expresar con tu trabajo?

A. S.: Te diría que una de mis preocupaciones es tratar de darme una idea del concepto de la mortalidad. Y creo que esto se debe a que por ejemplo algo que me marcó mucho es el hecho de ser sobreviviente de cáncer y ver cómo el mismo ha golpeado a otros miembros de mi familia. Experimentar la posibilidad de no seguir viviendo te golpea duro y a la vez te expande las posibilidades de la vida misma. Aún con todo eso, nunca lo vi de una manera negativa. Solo me generó más preguntas de las cuales busco una posible respuesta. Es posible que no la encuentre, pero me gusta la idea de seguir formulándolas de diferentes formas. Como si fuera bajo el mismo concepto con que se hace filosofía. También en ese momento me generó un asombro sobre mi propia capacidad de sobrevivencia. Me intriga el tiempo y la memoria porque… ¿al final no es eso lo que somos en esencia? Soy un ser humano y creo que mis preocupaciones vitales son de tipo existencial y humanistas. Lo que soy es lo único que conozco, así que sobre lo que soy es sobre lo que me pregunto y me cuestiono. En que significa al final de cuentas existir como un ser humano.

 

TPA: ¿Por qué el collage? ¿De dónde surge esa vía artística en la que te desenvolvés con propiedad?

A. S.: Creo que el collage llego por razones de recursos. En mi casa realmente el arte nunca fue visto como una posibilidad de forma de vida de alguna manera. Y las posibilidades de estudiar arte no figuraban en el panorama. También los recursos económicos no eran tantos como para pagar esa especie de «caprichos». Entonces llegó un momento que deseé empezar a contar las ideas que me causaban inquietudes. Y mi único recurso eran unas tijeras, goma y revistas abandonadas. Algo se podía hacer con eso, así que mi enamoramiento con el corte y pega empieza de esa manera. Aunque te debo decir que no pensé en collage per se. El collage lo descubro más tarde como técnica o vanguardia cuando conozco el movimiento Dadá. Su energía anárquica y lúdica me fascinó desde el primer momento. Creo que encajaba perfectamente con mi forma de ser. Vi la posibilidad de crear mundos paralelos a partir de los ya existentes y contar historias con un humor muy peculiar. Por eso creo que mi sentido del humor también le debe mucho al collage. Con el tiempo me voy dando cuenta de su valor como movimiento y eso me llevó a otros experimentos más pictóricos como en los que me encuentro ahora.

 

TPA: Siendo testigos de tu trayectoria, parece ser que el collage es una etapa que en estos últimos años estás explotando, pero nunca ha sido así. En tu página se puede ver que en tus inicios hay fotografía, arte gráfico, composiciones… ¿Qué es lo que viene después? ¿Hay más campos que te gustaría explorar?

A. S.: Justamente esta pregunta toca el tema con el que finalizo la anterior. El collage empezó a demandar otras cosas elementos más orgánicos y elementos que van más allá del corta y pega. Reclama acrílicos, tintas y lo que se cruce en el camino. Demanda objetos. Es decir, elementos con dimensionalidad, con más textura. Y todo eso me encamina a explorar otras formas. No me gusta forzar las cosas. Ya me pasó cuando intenté pintar en canvas y no fue lo que yo buscaba. Muy diferente a cuando me encuentro con el papel y expande las posibilidades de otro tipo de experimentación; lo que el canvas no me daba, por ejemplo. Eso no significa que no regrese a él pero sé que cuando sea el llamado será inevitable. Ahora quisiera trabajar mas objetos, pero como te digo, son cosas que llegan en el tiempo que debe ser. No tengo prisa de nada, quiero disfrutar cada etapa de la mejor manera. No le debo nada a nadie, así que la forma que venga después será más que bienvenida. Me emociona pensar en lo que estaré haciendo en 5 años o 10 al día de hoy. En mi mente puedo verlo, solo es que aún no se materializa. Las posibilidades se vuelven infinitas y eso es razón suficiente para seguir emocionándome con esto. Sin importar el medio que sea. Como si fuera el primer día cuando decidí que quería expresarme de esa forma.

 

PAISAJE CON CORDERO

 

TPA: Formás parte de una enorme comunidad en RedBubble desde 2008. ¿Qué tan importante ha sido para vos mostrar tu trabajo ahí? Más que una especie de tarjeta de presentación de tu trabajo, ¿te ha servido también de plataforma?

A. S.: Sí, definitivamente, no solo me ha servido como plataforma para dar a conocer mi trabajo, sino que también para conocer a muchos artistas con los que al día de hoy tengo contacto y he tenido el placer de colaborar. También me genera un ingreso monetario con la variedad de productos que ofrezco en la página. La plataforma ELLO me ha servido muchísimo últimamente. La cantidad de personas que ven el trabajo es impresionante. Me refiero a que ahora puedo decirte que en el momento que respondo a esto alguien esta conociendo lo que hago. Así de alucinante el poder de estas plataformas.

 

TPA: Hablanos un poco de tus influencias. ¿Qué artistas, autores, músicos… han o siguen siendo fundamentales para vos?

A. S.: El listado es grande, pero te diría que los esenciales y que me han marcado los dividiría de la siguiente manera: Literatura: todo el movimiento Beatnik: Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William Burroughs. Escritores como Charles Bukowski, Raymond Carver, John Fante, William Saroyan, Hunter S. Thompson, Emil Cioran. En el cine: directores como David Lynch, Jim Jarmusch, Jean Luc Godard, Pier Paolo Pasolini, Michael Hanneke. En la pintura: Francis Bacon, Antoni Tàpies, Robert Rauschenberg, Cy Twombly, Jean Michel Basquiat, Francisco Goya, Franz Kline, Jean Dubuffet, Bill Traylor, Rose Wylie, Helen Frankenthaler, Joan Mitchell, Willem De Knooning, Mark Rothko, Jackson Pollock, Picasso, Chaim Soutine, todo lo que tenga que ver con el arte outsider, Joan Miró , Robert Motherwell y Arnulf Rainer. En la música: Géneros como el rock n’roll, el metal en sus diferentes variantes, la música clásica, el blues y mucho jazz. En esto tomaré prestada la siguiente frase de Tom Waits: I like beautiful melodies telling me terrible things. Esa es la música que me gusta. Cada uno de estos artistas en general me ha aportado muchos elementos sobre procesos creativos, el acto de crear como tal.

 

TPA: En términos de exposiciones en este 2017, ¿qué noticias nos puedes dar? ¿En dónde te podemos ver o te veremos?

A. S.: 2017 ha sido muy generoso en cuestión de exposiciones. Te seré honesto. El año pasado (2016) cuando presenté la exposición que llevaba por nombre En Lenguas en el Museo Ixchel fue un proceso increíble y a la vez agotador. Pensé que este año e incluso en el 2018 estaría trabajando en mi obra pero sin exhibir. Pero al momento de escribir esto te puedo decir que me estoy tragando mis palabras una por una. Varios espacios me dieron chance de mostrar mi trabajo y cada exposición llegó sin planearlo tanto. Si me hubieras preguntado esto hace 10 años no habría tenido nada que contestar. Simplemente no sucedía. Esto me hace estar agradecido, ya que me encuentro en un punto en que mi trabajo ya es autosostenible y puedo seguir generando más. Y eso me motiva a seguir. A no parar un solo día. Y no solo hablo de espacios en la ciudad de Guatemala. Espacios artísticos en Italia, México y Puerto Rico (en este último es la primera vez que exhibo). Todos ellos son lugares en donde este año he podido mostrar mi trabajo y esto gracias a las personas que me han echado una mano con esto. En septiembre de este año tengo programada otra exposición en solitario de nuevo en Antigua Guatemala, en la galería La Casa del Mango. Un espacio que siempre ha sido generoso con mi obra. Y como la primera vez que expuse en solitario en Guatemala (2008) en ese mismo lugar me vuelve a emocionar lo de este año, ya que es trabajo que tiene un nuevo giro y es un poco de lo que te comentaba sobre la misma evolución del mismo. El primer trimestre de 2018 tengo otra en solitario en la cual trabajo ahora y que también presenta algunos otros cambios en la obra. Una especie de reinvención que surge sola.

 SIN TÍTULO

 

TPA: Finalmente, ¿qué opinión te merece el panorama artístico de Guatemala? ¿Cómo lo ves? Parece que hay más apertura, más descentralización, más espacios, más colaboraciones… ¿o es sólo un oasis?

A. S.: Pues esta pregunta cuaja perfectamente con lo que te comentaba. Como por ejemplo, la exhibición que tuve no hace mucho en Espacio Ce en Chichicastenango. Cuando su gestor, el artista Diego Ventura, me propuso exponer algo de mi obra en la galería. No lo dudé. Me refiero a que pocas veces puedo enseñar mi trabajo en otras ciudades de Guatemala y que se diera en Chichicastenango, donde gracias a este espacio se están exhibiendo más y más cosas interesantes, me hace pensar en que las diferentes formas de arte están inevitablemente buscando otros espacios. Es estúpido pensar que solo lo «interesante» o «lo que vale la pena» sucede en la escena capitalina Y dejar a un lado ciudades como Antigua Guatemala, Xela o Chichicastenango es un error muy terrible y egoísta. No se puede ignorar la fuerza con la que vienen otras generaciones. Incluso lo he notado en la literatura con gente en el oriente del país que esta trabajando cosas o que muchos de los escritores que admiro son de Xela. Y es un hecho que cada vez existan más espacios es el resultado de la necesidad de expresión y de no esperar a que alguien talvez escuche y te dé un lugar para decir lo que tenés que decir. Aunque —ojo con esto— también admiro a los espacios ya establecidos que siguen arriesgándose con otras propuestas. Porque eso es lo que me gusta del arte en general, que sea arriesgado. La ciudad capital dejó de ser el centro de todo hace mucho tiempo. O quién sabe, talvez nunca lo fue. Es sólo que jamás nos dimos cuenta de eso por estar hundidos en un gran agujero de lodo y ego.

 

ÁLVARO SÁNCHEZ (Guatemala, 1975). Diseñador y artista gráfico autodidacta radicado en la ciudad de Guatemala. Ha colaborado y publicado con revistas de arte y diseño de todo el mundo. Su obra ha sido expuesta en países como Italia, Francia, Alemania, España, EE.UU., Costa Rica, Ucrania, Suecia, Noruega, Grecia y la ciudad de Guatemala, entre otros. Su trabajo se basa en el collage digital y manual. Su gusto por material vintage, elementos de época y orgánicos son de gran relevancia para crear sus texturas y formas. La mayoría de sus obras están inspiradas en la literatura, pintura, música y el cine pero su inspiración principal es la ciudad de Guatemala y sus calles. Ha sido también columnista en medios impresos y digitales. Web: https://www.redbubble.com/es/people/sanchezisdead

 

01 de agosto de 2017
1975, arte, arte digital, arte gráfico, arte visual, entrevista, Guatemala, Guatemala Ciudad

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