Te Prometo Anarquía

del estanque se escapa el latido que golpea a la sombra, que penetra las lápidas históricas y las carnes perseguidas, procreando gritos necesarios e insolentes

david duke

 

[DAVID DUKE]

 

 

EL ACEITE

 

El napalm que bulle de mi boca es amarillo

como los pétalos de tus dedos

que salen de las flores de tus manos

con esas miradas derritiéndome entre tus piernas

de negra conciencia.

 

El napalm que bulle de tus manos

lo has sacado de mi boca

mientras dormimos

y nos hemos vuelto soñolientos

amarillos como los árboles

que no podrán florecer en junio.

 

Ese Cortés Blanco que está entre tus piernas

lo has sacado de mi boca

mientras vivimos

floreció del concreto la muerte

y el dolor de nuestro tiempo.

 

Esa flor de napalm que está en tu vientre

la has sacado de mi boca

es Auschwitz en plena selva húmeda

es el dolor gris de Mesoamerica

en este pavimento donde nace el fuego

que arrasa la tierra.

 

Esa flor que has tatuado en tu pecho

la has sacado de mi boca

es una ilusión marcada en tu piel

con la angustia de tu generación

de genes amarillos desperdigadas en la cama.

 

Esa voz que has tallado en una piedra

la has sacado de mi boca

es el grito de mi madre

ante la muerte

ante la muerte de sus hijos de color violeta

que se han vuelto amarillos por culpa de la tierra gris donde yacen.

 

 

CONFESIONES PÚBLICAS

                                                       

La nada es un suspiro

y el bien más preciado que tengo

quimera de la liberación

del dinero que no gano

del laburo que no tengo

de las penas que no mojo.

 

Pretendo trabajo bien remunerado

para dejar de vivir sueños

y solventar las cuentas de realidad

los saldos pendientes en tiempo

Reconozco las deudas

de edad y el espacio

del viento y la forma

Declaro haber fornicado

astuta, sagaz, despabilada y mano fatal

a quien se dispuso conmigo.

 

Confieso que soy alcalino

rapsoda de una prole sinvergüenza

alcohólicamente definida e ideológicamente correcta.

 

Revelo haber tomado la decisión justa de ser quien soy

tan auténtico con mi verdad

de impertinente franqueza

egoísta con mis sentimientos y defectos

que hoy rezo bajo las faldas de locura

y como maldición siento ser tan consciente

ya que pude haber sido un perfecto imbécil

por decisión propia.

 

 

SIEMPRE MUERTOS

 

Qué será que estoy escribiendo con locura las cosas que nunca tendré.
Roberto Hernández

Para Silvia

 

 

Siempre la existencia fue adyacente

las lobregueces ocuparon mi juicio

la luz huyó de mi perpetua fosforescencia

desertó de mis caminos de luminaria bruma.

 

Nunca pensé encontrar en la densidad de las tinieblas

la aurora en madrugada

una profunda y negra noche

que tropezó en la oscuridad

Pude escuchar ruidos de luz venérea

en las sombras resplandecientes del profundo silencio

aturdidos vivimos muertos.

 

La esperanza me besó dos veces

vestida de negro con una flor áurea en el pecho

fui secuestrado por su tez

los márgenes de sus muslos en mis oídos

cruce de caminos en afonía

sacudió el asfalto de mis pies

en esta confusión efímera

del susurro que espera la quimera encadenada a su mirada

pernoctando la percusión al dolor.

 

Talvez el mañana no exista

Y talvez sólo seamos del recuerdo

continuaremos exánimes al no dejar amarnos

siempre existiremos inanimados con el viento

haremos muecas con las horas

torceremos los minutos hasta forjarlos como siglos.

 

Después de todo

siempre insisto con demencia en lo que nunca tendré

esas alas transparentes que me injertan gloria

el aguamiel de su sexo

esas hartas ganas de saborear sus muslos sobre mis espaldas

fraguarme tal cometa fugaz dentro sus fauces

tal vez mañana estemos muertos

y militemos como fósforo en la tierra

seremos elementos de esta misma conjugación de verbos

una cruz tallada en los árboles extintos

una lucha fracasada de lazos ciegos

unos faroles antiguos y usados apagados por los siglos

y tal vez entonces seamos elementos activos

vivos de estas luchas interminables

de torcernos ante la forma

vivaces ante quienes fuimos

y no quisimos ser.

 

 

EL PARACAÍDAS ROTO

 

                                                        Ejercicio Público de un Suicidio

Y ahora mi paracaídas cae de sueño en sueño por los espacios de la muerte

A la verga Vicente Huidobro.

                                                       

Para Silvia

 

 

Voy detrás de tu mirada de ojos silenciosos

marcho en caída libre hacia la muerte

desapareciendo cada segundo

queriendo aferrarme a la nada

que nunca tuvimos

acariciando tu espalda

como lo hacen los zíperes de una guitarra

percutando mis manos como queriendo agarrar un sueño

transitando como la aurora frente a casa

por unos segundo dejando su canto

acelerando el dolor

y el ritual de despedida

urgiendo los  golpes de la neblina gris entrando por mi garganta

voy hundiéndome detrás de tu sombra

queriendo aferrarme a la ficción

ando como siempre ando

con el paracaídas roto como tengo la costumbre

como un fantasma

persiguiendo  utopías

y desvaríos teñidos de sangre

voy acostumbrándome al vértigo de tus palabras

cayendo al fondo del vacío

donde la luz me deja ciego como lo hacen tus pupilas

voy cayendo dentro de tus ojos

a la vana sinfonía de  tus muslos

corro detrás de la muerte de marzo

me aferro a lo que conozco

las sombras amigas de lo perdido

tus palabras evaporadas

queriéndolas apilar antes de tocar tierra

voy preciso hacia el fin

desangrándome por heridas diáfanas

rompiéndome los núcleos traslucidos

queriendo agarrar el capital transparente

que soltamos

He saltado al vacío continuo

despreciado voy al infierno

pareciera que alguien me espera más allá de la dura acera

que muchas veces sirvió de almohada

parto desplomando el viento de mis prendas interiores

me ausento anhelando la gravitación

pretendiendo tener alas pétreas

que salen  de mis ojos como cristales astillados

y solo caigo prófugo de la gravedad

desmoronando cada palabra que he enterrado en mis oídos

demoliendo las memorias

descendiendo sin parar al silencio

desintegrándome en la afonía de tus ojos

hundiendo mis pasos en lo profundo de la apariencia

juzgándote alejada de la cama

remota en tus detalles que lograste

en esta caída amargamente férrea

pocos elementos ha rematado  mi marcha al elevarme tanto

que el desfallecer se vuelve un desierto viaje al vacío

Voy buscando un lugar donde caer

codiciando tu lenguaje

esperando abriles en verbos

aguantando el vértigo que se vuelve agudo

hasta reventar mis oídos en soledad

abriendo una herida en la tierra como en mi pecho

para sepultar la nostalgia de un solo golpe

molido voy desintegrándome en el concreto

hasta gravitar de nuevo en la muerte.

 

 

LA RULETA A 4 VERSOS Y UN DISPARO

 

Llamáme libre del revoloteo del canto

del deseo industrial

escucháme cuando esté la recamara vacía

llamáme emancipado de la muerte

cuando encontrés el plomo dentro de mi juicio

la munición no corta ni siquiera el olvido

quemá las cruces blancas que has plantado en el camino

enterráme en esa fosa sin nombre que llevas en tu pecho.

Escucháme cuando me haya ido

en estos punto cuarenta y cuatro milímetros de furia

date cuenta que ya no estoy en mi abandono

que soy el ausente en esas charlas

no me recordés en la vida

exclamá como se flama el olvido.

Llamáme cuando veás mis ropas negras y mi rostro gris

escuchá mis palabras a tu oído

en la esperanza errónea de un recuerdo

conmemora la migración de la serpiente enrollada en esta ruleta

date cuenta que nada es un juego del azar

la muerte es una decisión que nos tomó por sorpresa

cuando decidimos atenderla.

Qué provecho tendrá

si ya no atesoraré  ni siquiera nostalgia

soy alguien sin importancia

que seré olvidado en días

un anónimo desconocido en tu memoria

un desaparecido evaporado en tus brazos

ochenta y seis centavos de tedioso plomo en el tambor de este revolver

un padrón en la sala de reuniones de quienes llevan el pueblo al desastre.

Llamáme con el nombre  de otros

y que se te olvide mío

pronunciálo con voz fuerte a medio día por las calles

pintálo como se pintan en los documentos

un acto de resistencia al dolor

hacélo libre como he sido ante la muerte.

 

 

DAVID DUKE. (Usulután, El Salvador, 1979). Fundador del portal web Resistencia Musical (2007). Ha participado en diferentes lecturas de poesía a nivel nacional e internacional como el Festival Internacional de Quetzaltenango, Guatemala, 2012 y el Festival Internacional de Poesía Joven, El Salvador, 2013. Sus textos han aparecido en revistas nacionales e internacionales: El Mercado, Suplemento Tres Mil, Ixpapalut, etc. Es parte de la antología La generación del fin del mundoPoesía centroamericana comprometida (Revista Hispanoamericana de Cultura Otro Lunes, México, 2013), así como de Un tapiz en el Centro – Coro de poesía contemporánea de América Central (Revista Intercultural Omni Bus Nº 45). Ha participado en exposiciones de pintura en El Salvador, Estados Unidos, Perú, Cuba, México, Honduras y Guatemala.

 

 

13 de mayo de 2014
1979, autor invitado, El Salvador, poesía, Usulután

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