Te Prometo Anarquía

caerán los muros, la piel agrietada, las ganas enfermizas y arderán soliloquios entretejidos alrededor de una hoguera maloliente

fabrizio quemé

 

[FABRIZIO QUEMÉ]

 

 

/13/

 

Flores infernales en mi boca

Cartas vacías desechas sobre el inodoro

Canto de sirenas ebrias, sonando de fondo

Mi pulso marca el ritmo

Del grito, de la ciudad rabiosa

Se alzan los lamentos

Cacofonía urbana

En un oscuro callejón nos une el desenfreno

Mientras las balas se conducen por la calle

Tan de prisa van, buscando el calor humano

 

 

NARCISO

 

Leo tus palabras sucias

De anarquía derramada en papel

Salmos matutinos

Tu subversión es mi credo

 

La inocencia se pierde

Entre párrafos y sonetos

Inventaré un dios a mi imagen y semejanza

Es más, ya lo veo

Reflejado en el espejo

 

 

/23/

 

Soy el dueño de mi imperfección

De tus mordidas en mi espalda

Soy una bestia dormida

En el océano de oleaje pacífico

Que se torna violento ante la traición.

Me arranco la piel,

La cabellera, los genitales

Me despojo de mi lengua sucia

De estos ojos lunáticos

Renuncio al placer

Despido a mi dios

Vendo mi patria.

 

 

ESQUIZOFRENIA

 

A veces es un susurro en tu silencio

O la inspiración de tu tragedia

Tú monólogo interno

¿Quién puede callar todas las voces de adentro?

¿Quién puede ahogarlas en el fondo de su abismo?

 

Estático y frío

Cuerpo neón

Coraza de infinita locura

Suave espejo mental

Acorralando la pasión

Capullo que envuelve

El cuerpo etéreo.

 

EL VIAJE ÁCIDO

 

Dani recostado sobre el sucio sofá del perro, con la jeringa entre el brazo. El tren golpea salvajemente el carrusel. Su viaje ha comenzado.

La luz sobre la pirámide se extingue, la respiración es extrema. Elefantes rosas / marmotas rojas / traseros con ojos / estiércol psicodélico.

Trece segundos / Tres contracciones / Sobre el suelo como un feto / casi sin vida / el corazón palpitando sobre mierda.

 

 

PANFLETO FINAL

 

Ya nadie dice nada

Porque le cortan la lengua

Y le queman en la hoguera inquisidora

Ya nadie grita

Ni protesta

Ni tan sólo una queja

Es tan común ver una flor muerta

Y ver balas danzando en el viento.

19 de marzo de 2014
1990, Guatemala Ciudad, poesía

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