Te Prometo Anarquía

ahora sé que transitamos siendo prefacios y epílogos del día, mordiendo espejos tras la fugitiva música de la cotidianidad amarga y honda del espíritu

eduardo villalobos

 

[EDUARDO VILLALOBOS]

 

 

 

* * * * * *

 

De tal manera me atrae el desborde

que tiemblo de espasmo cuando no hay precipicios

equilibrista de lunas sucias

            aprendo en silencio el modo de caerme

de todos los faros elijo el vacío

        que tiende enramado sus ríos al peso

por eso he cambiado las alas por el hambre

                      las huellas por signos

                                los pasos por asco

apenas descubro una grieta en la zarza

                    y pongo entre espinas

                        mis brotes aéreos

de allí la costumbre de andar por el vértigo

de caer entre brazos que esconden abismos

soy el que salta

        el que apura los tramos y delira

y sueña que cae

y luego entierra en la nada

            sus pezuñas

 

* * * * * *

 

Cómo palpita el espejo cuando aparezco en él

me devuelve la imagen perfecta

                de lo que no presiento

arrogante me he dicho a mí mismo que el otro existe y que es completa

                                    /su ausencia

a él le echo la culpa de estas manos sin prisa

                    de mis palabras turbias

cuando aparece la escarcha

precipitado y ansioso surge de todos mis labios y los reclama para

                    /expresar su delirio acontecido en la carne

yo le dejo que grite bajo la noche encendida en que he conocido dulces

                            /selvas que izan los barcos

no le concedo mi tiempo sino su memoria remota y es fugaz el sentido

                                /de sus premoniciones

cómo tiembla de  mí mismo cómo convoca mis trampas

cómo se roba el fragor en que guardo el filo de mis nacimientos

habla conmigo me reconoce y de esta manera me inventa

pero sucede que es improbable  su rostro en mi cara

                            su paso en mi esperma

    su mitad de bruma

                        el otro no es nadie

                        por eso aparezco aquí

                        entre el espejo

                                solo

                        con todas mis bestias

 

* * * * * *


Alguna vez tuve la costumbre de atravesar la luz

    caminaba por ella

    como por una puerta

linde a fin de cuentas se ocultaba turgente de futuro

como al fruta que alguna vez será para la sed y los dientes

colocaba sus umbral del lado del sonido y así crecía en ecos

de una impostergable nitidez

la historia del tiempo desplegada en el ruido

la fiesta de las calles creciendo como el hambre

los adioses entre incendios

            su condición de límite y distancia

así las voces que recurrían al amor o a la ternura

                        al peso del polvo o a las sierpes

se hacían estanques en el brillo de una gastada superficie

cuando visitaba un parque nacían treguas

                    en mi cuerpo

corría con las flautas en la boca

                abría los brazos como surcos

                            bebía el espacio inagotable

pero una mañana la señal escondida surgió a la transparencia

hizo temblar los cristales

        concitó los gritos y los pasos

                        puso en el su corazón

                                /la ebriedad de la rabia

mis rodillas preguntaron y buscaron el suelo para detenerse

y fue su respuesta mi madre

                el temblor de mi madre

                            su voz temblorosa diciendo

es una bomba

        quédate agachado

                no digas nada

                        esconde la cabeza

esa noche guardé debajo de la cama un papel con los bordes quemados

                                    /que decía venceremos

 

me soñé debajo de un sol fulgurante que alimentaba como un fuelle el

                                /contorno de las cosas

    su brillantez cercana y derruida

alzaba los ojos pero era imposible mantenerlos abiertos más de un

                                        /momento

apenas suficiente para descubrir figuras en el cielo

                        grietas desnudas

                                gestos de larvas

el sueño se repitió después entre los sueños

y algo parecido a las fronteras abrazó la garganta

como el nudo que hacemos a las cartas de la espera en que entregamos

                                            /todo

incluso aquello que nos harta

                eso que odiamos lentamente

y se nos viene el nombre

            y lo callamos

 

* * * * * *


A veces me parezco a lo que digo que soy

                hurgo el ruido

                en la pared de enfrente

pequeñas manchas de miedo y de

                paciencia

se precipitan sobre el borde que

                soy

                yo

                mismo

tengo entonces tiempo para el derroche

                    decir

te quiero a quien comparte luz bajo mi escarcha

                    matarme a tientos

                        como un niño

                        que piensa el futuro junto al padre

que le abandonará pronto

            le dejará crecer

    con anclas asidas a su espanto

                le arrimará los dardos

de su placidez y sin embargo

le contará siempre

            en su distancia resguardada por la ausencia

aquello que no fue nunca

            que no será más sino el sueño

encontrado en una mancha

            una pared cualquiera frente al hombre

            que es ajeno a todo esto y lo comprende

            el día en que por fin parece que es él mismo

                el que dice que es

                el que acompaña su reflejo

                                el que se aleja

 

***Textos tomados de Lunas sucias (2005)


 

mesa y rocola sobre fondo rojo

 

las botellas se han ido acumulando entre las dos mujeres

        como las marcas sobre un calendario

así también los pósters que anuncian aguardiente con culos

/imposibles

        los equipos de futbol del año anterior o de la infancia

las manchas de humedad y de asfixia

            la mugre    la indolencia

aquí la cumbia reina

aquí el silencio es algo que se va muriendo

ayayay chuchita flaca         ay dolor ya me volviste a dar

desde el fondo         una voz gastada exige una ranchera

y arroja un papel al centro de los gritos

pero las mujeres están atrincheradas en el rincón propicio

y tiran putazos y mientan madres y escupen animales que brillan y

/se esfuman

una es casi vieja

            la otra es más vieja todavía

una baila        la otra tiembla

¿qué río de abandonos les procuró esta furia?

¿qué océano de espinas?         ¿qué esperma acuchillado?

pero ellas gritan     felices        sobre el humo y el cansancio

    y cantan las historias más tristes que puedan bailarse

y se jalan los pelos y somatan la mesa

            y piden otra mamaíta esta vez que sí esté fría

y hablan de los hijos de puta que las abandonaron

    con cinco muchachitos y una panza que estallaba

y de cómo el camino las dejó dormidas

antes siquiera de pedir prestado un farol para abrigarse

pero ellas ríen

y azotan sus cabellos teñidos hacia el foco de la pieza

y se sienten hermosas        plenas        rubicundas

y cuando alguna quiere llorar la otra la sacude

esta noche no mamaíta     esta noche es fiesta

y en realidad es fiesta

porque lo que les espera afuera no tiene nombre

                    es algo atroz

y ellas lo saben

viejo mirando al norte

 

la cicatriz del ojo izquierdo parece un corazón

talvez porque surgió en la primavera de Nueva Jersey en los años

/setenta

en que a botellazo limpio se batió por la posesión de una muchacha

en un bar cuyo nombre se le perdió para siempre

la arruga en los labios se agudizó en los inviernos de Chicago y

/Filadelfia

en que maldijo la blancura que le encendía la garganta de fiebre y

/de terror

la sonrisa cínica le viene de la infancia

                del hambre

                    de las fronteras del odio

la cojera se la ganó en la interestatal número 5 en las afueras de

/Seattle

manejando un furgón que derrapó en la nieve

                    y volcó sobre el espanto

fue deportado durante el verano de 1996

por acometer ebrio la madrugada de las autopistas

y desde entonces maneja un taxi sin mujer y sin destino

ya no es de acá    nunca lo fue   

pero está cansado y tiene astillas en las dudas

por eso compra oscuras muchachas en los burdeles de la periferia

y se emborracha cada tres noches con la puntualidad de un suicida

en las botellas

        encuentra siempre cabezas con alas

            pedazos de carne

                espejos que vuelan

recuerda a los hijos que ya no lo encuentran

maldice  a la mujer que lo escupió a la calle

piensa en las manos fuertes que estrujaban la firmeza de otras

/manos

camina para atrás como quien entra en la muerte

what the fuck se dice         fuck i will return

y espera la madrugada

como quien dice basta        pronto        jamás



banca con pareja en un shopping mall

 

perdió la fe mientras recordaba un salmo en un burdel

y atravesaba el silencio con un grito en el odio

cambió el amor por noches interminables de cocaína y gin tonics

y un gesto en la mandíbula que le afeaba el rostro

se perdió un día en su sombra y ya no quiso encontrarse

a veces sueña con corvetes que corren a quinientos kilómetros por

/hora

con orgías en que el límite es un perro que aúlla y muerde

quisiera llenar el mar de cuerpos usados    rotos por una fricción

/inacabable

sueña y se pierde en los fumaderos de opio del siglo diecinueve

en las barberías de indonesia   

en las zonas rojas de Holanda

se convence de que el tiempo es algo así como un billete de cien

/dólares

                se usa o se tira

tiene una mujer y la ha preñado

tendrá un hijo que le recuerda de alguna manera la muerte

piensa en la huida   

en el pretexto       

en los detalles

está a punto de decirle a su mujer que se vaya a la mierda   

que se pierda en el mundo

pero ella llora

y él la abraza

        la toma de las manos   

le acaricia el vientre

y le dice    te quiero

travesti con tacones amarillos

 

a las ocho

de martes a sábado

llega al poste que lo cobija de la sombra

él es un ser amargo

con cicatrices

que ha construido en la lluvia mientras gemía de rabia

ella es indolente

y camina con los pechos erguidos

robados al padre en su lecho de muerte

hoy se siente hermosa

porque se ha puesto el vestido amarillo con puntos negros

y zapatos que juegan

y ve pasar los autos entre sus pestañas larguísimas

negras como su pelo

a veces alguien para y ella se acerca

a veces hay suerte y negocian un precio

otras no y la escupen o insultan

él tiene miedo de golpes repentinos

        de disparos nacidos del odio o el error

y guarda en la cartera un puñal que apenas tiene filo

pero con el que ha ensayado tiritando de espanto contra una pared

le gustan su espalda y sus piernas

        y se sabe deseada por hombres fugaces

que regresan al lecho de una mujer

lo que le pasa en el día no tiene importancia

come y duerme

        va de compras

                prepara discursos que no dirá jamás

pero cuando dan las seis se transforma en algo nervioso

        que canta y se viste y se pone rímel y sombras

y elige cartera y aretes y decide un perfume

y sale precisa

        y se planta en la noche

como un árbol con luciérnagas

él

    temblando de frío

ella

    alta y soberbia

    graciosa y esbelta

    la reina de su esquina

y lo demás

es el mundo

 

naturaleza muerta con naufragio

 

aquí los suéteres del frío y los del silencio

allá las conchas amarillas que recogieron en la playa

y los cestos de mimbre de aquel mercado

y la tanga azul rasgada con urgencia

apenas han quedado restos de café en la taza de soles rojos

y la prisa ha permitido un disco sobre el estante

y también fotografías de viajes y algunas notas lejanas

salí con Adela comprá el pan te llamó tu madre

todavía las calcetas mojadas arden en la mesa

todavía huele a sus caderas y a su sexo

 

conejo mirando a Tarkovski

 

de sus orejas caen la calma y el peso

y lo acompaña un ángel

posee canciones que recita callado mientras se desmaya en la

/sombra

a veces corre o muerde el espacio o sacude el silencio

con una energía que en otro cuerpo incitaría al abismo

a veces se para en dos patas buscando una mano

una mirada que encienda la tarde

una palabra que no comprende pero agradece con saltos

como si en ello se escondiera un secreto

un pequeño pacto

una transacción de amor

pequeño cuerpo de bigotes amplios

con patas grandes y pelaje terso

parece convencido de que el impulso es más importante que el

/camino

de que la luz no cesa cuando se apaga la luz

a su manera

comprende que el mundo es una jaula construida con deseos

a su manera entiende que no importa entender

entretanto

Tarkovski alimenta la nostalgia del ángel

en un ruso que suena a estepas y a nieve

es decir

a soledad        a espejos que cortan        a frío y tiniebla

el ángel siente que piensa que siente

hasta que el conejo se acerca y le roza la mano

entonces pone pausa y se inclina hacia sus ojos

les otorga gestos de inmensa gracia

el cuadro lo cierran algunos libros

uvas en un plato

retratos de niños

y en el reproductor     pausada   

una película muy triste

en medio de una tarde feliz



muchacha escribiendo un poema

 

es de noche y hace frío

lo dicen sus pezones calientes que apuntan a la luna

lo dicen el vaso en que dormita la huella de sus labios

las postales gastadas   

el dulce de menta olvidado en la repisa

quiere decir amor y escribe silencio

quiere decir sexo     espuma     orgasmo

y escribe rabia furia tempestades

es como si la luna azul de holiday no ayudara desde el ipod del

/estante

y su vientre no terminara de ahogarse en la crepitación del agua

en su cuaderno hay flores

        lunas sangrantes

            molinos de viento

corazones con ojos     labios entrelazados

nombres y fechas       lugares que tiemblan y se inflaman

Roberto bar del loco    Ricardo Guadalajara

era febrero y nos besamos     lo extraño tanto cómo lo extraño

quiere decir soledad y escribe fiesta

                y frunce el ceño

y tacha a saltos  y rehace

y vuelve al comienzo recompone

la ventana es un muro de luces que se apagan

las luces son muros que se encienden

de pronto escribe mañana

    y en realidad se refiere a mañana

entonces aparece un muchacho

        que lleva en los ojos puertas y en la garganta un abismo

le dice pronto        siempre    tanto   

y ella apunta     apresurada

le dice cómo        cuándo        dónde

y ella escucha con un puerto que le va naciendo

justo ahora

el poema comienza

y la muchacha duerme

la habitación emerge entonces como un barco

y estalla

como una hoguera en la paciente bruma

 

 

***Textos tomados de Los demás (Editorial Cultura, 2013)

 

 

13 de febrero de 2014
1974, Guatemala Ciudad, poesía

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