Te Prometo Anarquía

atendamos, oh, galeotes, al arribo de las islas fermenticias en donde las palabras dejan su procaz disfraz y mutan en lascivo néctar. remad, que el huracán se acerca

martín díaz

 

[MARTÍN DÍAZ VALDÉS]

 

 

 

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Este era un poema de amor

pero lo han leído como a las tripas de un lagarto muerto

seco bajo el sol del desierto primigenio

lo nombraron

“Las columnas del mundo”

cuando bien pudo ser

“Los pilares del mar

ahora desierto donde la vida quiere volver a empezar

cual ciclo

alrededor

de

un

eje

o-

xi-

da

-do”

 

 

4

 

Abrí

Venus atrapamoscas

mis ojos

en el alto amanecer

separando casi con cariño

sus pestañas y les cayera la realidad

en un vuelo de mosca

Sólo que las depredadoras eran la presa

y vos dormías con esa ternura

que tanto odiás

Desenfocados en la memoria

desde tu sueño prehistórico

se catapultaron a mi mente las generaciones anteriores.

Todas nuestras madres:

La luna fue el error de la llana negrura

el rincón hasta donde se barrió el polvo

y todo lo que sería para olvidar

Se reveló en brillo el hueso celeste

declaró que hasta la muerte termina

Tu savia abrió una brecha

salí de la inexistencia

a esta tremenda fiesta donde urge bailar

construir

morirse

y zambullirse de regreso

ver nuestra ingenuidad con ojos fantasmas

Ya sé que las candelas indicarán el regreso

porque somos adictos a develar

lo que se esconde hasta que se acerca la llama

lo que no es hasta que se desprende del mar de sombra

Los durazneros florecen

y sus cálices rosados tienen sentido cuando ves todas las flores juntas

Hirviente el cuchillo que tomaste

para extraerme de la nada que también está en mí

Soy un ser hijo de tu ser

mi estar es un bastardo de tu estar

Nunca debemos bailar

para no romper la magia

o nos verás allí

cayendo como yemas a las piedras

de una calle que es más tumba que la tumba

La pirotecnia malvada

no se manifiesta en nuestros cuerpos

pero se agradece en los de los nuestros después del

parto

como renuncia final a la ausencia de hijos

y de bienes anatómicos de alta plusvalía

Las cosas son transitorias

porque el mundo mismo nos sopló las líneas

haciendo todo difuso

Nos escupirán los gusanos blancos

para fertilizar otra semilla

Nacerá un nuevo accidente hermoso

PUNTO Y SEGUIDO

Todos nuestros padres:

Yo trataba de leer mi poema entre el tartamudeo del llanto

vos ibas y venías

gritando y rompiéndolo todo

Tratabas de decirme que nada de lo poético servía

mostrándome cómo mi poema era inútil

para impedir que incendiaras la casa

Seguí leyendo con los ojos hinchados

la voz entrecortada

y las lágrimas matando las letras del poema

Seguiste siendo el tornado al que mi presencia desesperaba

Yo tenía cinco años

tres

dieciocho

veintinueve

ya estaba muerto

unos cuantos meses

veinte años

trece

cuarenta y cinco

ochenta y nueve años

ciento quince

y todo se repetía

Cuando ya éramos hombres

me dijiste con el mismo amor con que me herías

que siempre tuve razón

pero nada te detuvo

PUNTO Y APARTE

A través de los ojos de mi madre

siendo apenas un camarón

en el cámbrico de su barriga

vi la era dorada de los flecos

y las camisetas rosa donde unos lentes se yerguen

en una playa con nombres como el de mi patria

el cráter en que nacería

Muchos años después

vi su nombre dicho por tus labios

más allá del lugar que pueda violar sus letras

con su obscenidad cotidiana

y su conjunción melódica de sonido

que cayó entre tus palabras favoritas

El nombre de esta nación flotando en el aire

y su delimitación política entera

pudiendo desaparecer

bajo un meteorito como defecación de Dios

Las letras que forman el nombre de este país

(¿o de este huracán?)

y su insignificante bandera

atravesando un momento aleatorio

que se ata a una noche de hace poco

un cabo originalmente suelto como látigo

en una memoria que no debería ser sino un invento de mal gusto

una sed de morbo por lo que pasó entre mis padres

y su quebranto final

(ya sabes

una de esas rupturas que unen a las personas para siempre:

dos clavos en la pared unidos por una rajadura que pasa de ellos y se pierde en el [horizonte)

una memoria con ralladuras que

transita la adolescencia con dos líneas de rieles

parecidos a una cocaína adulterada

Seguro que desde tus hermosamente ausentes ojos

se lanzaron otros horizontes como hilos de pescar

volviéndose una ventana insalvable

desde donde me ves con pena

el yo

que apenas soy

yo

tan incapaz

por ejemplo

de meterme en los tacones de

la que asoma una lámpara

cuando mengua una horda de machos

en el laberinto de carrocerías

Dédalo sabía que la sangre conoce la fuga mejor que las hormigas

—Aquí un disparo es un vórtice a la hombría

 Aquí la espuma rabiosa es diaria

Aquí todo está ardiendo desde hace rato—

Hay mejores lugares para derramar la existencia joven

entre los paletones de la falda y las cervezas dispersas en un valle nocturno

abrazar profundamente el amasijo de exoesqueletos que enjoyan las telarañas

escapularios de la casa en el epicentro de la  familia

cristo de mosquitos y moscas

Escapas al perfil de una ciudad lenta

no haciendo un Orfeo

siquiera cuando el rugido estalló muy cerca del tobillo

caminando hacia el asesinato de las virginidades

con seguridad fingida

pero viendo directo a los ojos.

5

 

 

Nací con la calle en las venas

A mí

que el tiempo me dio con aliento a polvo ésta máscara de tantos muertos

me queda la entrega como pendiente

Hecha una estampa de mi carne espera “la piedad” en un bloque de futuro

El adueñamiento se queda en un capítulo penoso

y sus variantes catastróficas en el álbum de los sueños.

A mí

que nunca fui gran cosa

me queda señorear entre los papeles amarillentos

dejar caer la espada de Damocles sobre cuellos de polillas

ser reclamado por las formas que hace la mugre en el muro

Alguna vez alguien me oyó cantar en la calle

con la rosa en los ojos

abiertos los brazos

como un profeta antiguo

encarando el azul del Sahara con los labios partidos

una canción al azar bajo el cielo desierto

Pedí entonces que me llevaras contigo

limusina de luz inalcanzable y tan presente

que reflejaras en tu pared las lunas de neón

esas recreaciones malignas que compramos a cambio de la verdadera

la que iluminó la granja televisada donde viví la niñez

Llévame

vuelto lo que queda de un hombre después del golpe

a descansar

para volver a mis pies que piden piedad a la arena

Take me home como demanda la canción que sale de mis ojos de cachorro

a ese hogar dorado y blanco que no conozco

donde despertaré con una honda huella sobre la tierra

Seca con sábanas limpias la herida por donde bebe el sol

Desnúdame luego de la gloria en los teatros

remueve este esmoquin

virgen cósmica

madre que dejó mi madre en mí para cuidarme

Besa mi cuello con ternura a pesar de la madurez de mi sexo

desvísteme para el baño habiéndome consumido en el coliseo

besa mis ojos de noche cuando me desnudes desde mi propio adentro

déjame ver el cuerpo que es la calle donde me recogieron cantando

para que de mi voz me hiciera la masa que consume el gentío

Hazme un Cristo a la medida

para que lo violente en mi cuarto de bañeras blancas

así veré tu velo

sombra de una falda piadosa que da abrigo

redondez de los planetas de carne chocando más allá de lo oscuro

alrededor de esas tangas que persigo desde infante

eran elixir para mi alma por encima del amor

—Estamos por encima del amor

más allá del amor está nuestra perpetuidad parcial en las criaturas venideras—

Que corra por mí el agua de la calle

esta calle de la que no hay salida por los escenarios

ni por las casas del centro que crujen cual hojas secas

ni por los departamentos de pisos lustrosos llenos de rectángulos

ni por los teatros cuyo submundo abriga tesoros y ratas

esta calle que es mi espalda doblándose bajo es peso de su abrumadora nada

se tiende como una mandíbula abierta 180 grados

esta calle es en mí

se vuelve infinita cuando miro mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en  mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo en mis ojos en el espejo

 

 

13

 

Has salido arrastrándote a la tierra

eres la huella de reptil que las aguas clementes se tragan

hay aplausos apagándose a lo lejos

en salones cúbicos mal pintados

pintados sin ganas

tuviste mala suerte

te pegó el aire

y las escamas se secaron por fuera

creaste conmigo nuestra nación y sus perras nupcias

de su proyecto fracasado

y su gente

marcados por un himno de ceniza

—la celebración del incesto—

Esta delimitación de tierra como una cárcel

a la que baja un águila todos los días para comernos el hígado

Lenta se abre la mancha

lámela

es también tu herida

Aquí está tu bastión y tu bandera

aquí la violencia del silencio incendiando los salones

 

***Textos tomados de Los que corrimos a ver el huracán desde adentro (inédito)

 

24 de diciembre de 2013
1985, poesía, Quetzaltenango, Xelajú

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