[ANDREA ESTRADA]

CONSUMIÉNDOME, FRÁGIL PERO PARADA…

Y entonces sacar el CD de Juan Gabriel, después de meditar sobre el fuego, el universo, el tiempo y la vida. Gastar lo que no hay, un intercambio de papeles que surge justo en esa línea cambio/tiempo, el sueño y la vida, esa lentitud que no nos permite estar en otro lado que no sea el ahora/ahora que todo marcha como antes, como un sueño, justo ahora/ahora que fumamos, que el tiempo trascurre como vida y entendemos el sentir de esa misma vida que pudo ser fuego, agua, tierra o aire/aire que energéticamente se une para formar nuestros cuerpos, moléculas subatómicas que van más allá de la física y se quedan en meta/metafísica que deja que el tiempo que transcurre en el sueño sea algunas veces inexistente y otras veces quede grabado en textos/textos que escribimos cada vez que estamos en esta línea que no es tiempo ni cocaína

Es simplemente sueño.

Dejar todo aquello que nubla la cabeza, superficialidades que destruyen la materia, la convierten en mierda, que destruyen organismos vivos, los convierten en mierda. Mirada vacía que dibuja placer en cada sonrisa falsa. Dispuesta a dejar todo lo que tengo a mi paso descubro que no tengo nada, nada me pertenece, el tiempo se origina cuando todo falta, cuando no hay nada, cuando no queda nada, cuando nada por fin es algo que brota del cuerpo y se escupe en palabras, en letras, en llanto. No disfruto estar sola porque todo lo que pasa a mi alrededor agobia “esa agonía por trascender”, como dice Gustavo. Acompañada de tabaco/ no sé ni siquiera donde está el gato, no me he bañado y tengo grasoso el pelo, liso y graso. Grasa que representa toda la suciedad que habita en mi cuerpo/ mente/ ilusiones/ sueños. Sueños que se desgastan con besos/ abrazos/ esperanzas construidas en mi mente/ amor construido/ amor que no nació/ impuro. Mundano como el alma/ como lo que queda/ como lo que somos/ como la mierda que no cago/ como el estreñimiento que me deja sin oxigeno.

Me obligo a cagar porque ni eso me sale natural.

SOY

la mentira más valiosa de mis padres

el coraje que le faltó a mi madre

la dulzura de un corazón desangrado

la distancia entre el lápiz y el papel

el azúcar de la desilusión

gritos desesperados de dolor

la falta (o el exceso) de ambición de ese par

primer error

el abuso de un imbécil

la oveja negra sin rasurar

el tequila de la mesa de champán

lo que sobró

el cognac de un indigente

la desigualdad del género que no existe

la idiota que soñó que pensaba

allanamiento de ideas

fracaso de ilusiones ajenas

disciplina fracasada

mi madre en números negativos

la falta de huevos en el sartén

la María que defiende a las Marías

basura en basurero de cristal

Juan con complejo de Don Juan

dulce de leche cortada

tu cara embarrada de caca

la caca en tu cara/ embarrada de mierda

la discusión sin sentido opuesto.

Vos/  yo/ todos/ una completa e incomprendida mierda

(d)olorosa…

la gallina de los pollos degollados

la Question en la cuestión

X

X la soledad que causa tu presencia

suena la máquina de café/ lunes/ tomo X cerveza

una lágrima negra se desliza en mi mejilla/ cae sobre un libro viejo/ escribo tu nombre con la uña

tu nombre con X

X tu nombre/ tu ausencia/ mis ganas de verte

X soy cuando estoy contigo/ X pedís sos cuando no estás conmigo

X sos vos, X soy yo

somos X

sufrimiento elevado a la potencia X

DESPEDIDA

TÚ, AUSENCIA ANTICIPADA/ NO TENER TÉ/ CUANDO TÉ TENGO, TÉ DERRAMO ENTRE MIS PIERNAS/ BEBER TÉ, BEBES DE MÍ, AUSENCIA/ SOY TÚ, SOLEDAD/ TÉ TOMO.

Tu ausencia anticipada, no tenerte, cuando te tengo te derramo entre mis piernas, beberte, bebes de mi ausencia, soy tu soledad, te tomo.

CRISTINA

Corría a la orilla del río, cargaba en el hombro el cuerpo de su esposa, la mujer destilaba sangre, corrió, corrió y corrió.

Cansado, tiró el cuerpo al piso, quitó la ropa y besó el helado y pálido cuerpo de Cristina.

Penetró por última vez a su mujer antes de arrojarla al río.

UN POSTINOR

Despertó con dolor de cabeza, recordó la cocaína, revisó su calzón en busca de residuos de semen, solo encontró flujo vaginales.

Dudó de igual manera y caminó al botiquín, un Postinor para matar cualquier escasa duda que tuviese. Se vio al espejo/ bostezó/ sirvió una taza de café/ encendió un cigarro/

Fumó.

ERA RUTINARIO

Abrió la refrigeradora, sacó una botella de whiskey, sirvió dos tragos. El Palacio Nacional era perfectamente visible desde el treceavo piso del Edificio del Centro.

Él rodeó su cintura y besó su cuello, susurró que la amaba.

 Un año de noviazgo; celebraban estabilidad emocional, discusiones que provocaban una forzosa visita a la casa de su madre. Después de tres o cuatro días ella terminaba la visita, era rutinario. El amor por las interminables peleas los mantenía juntos.

Un apartamento acogedor, pequeño, piso de madera, una habitación, un baño… El día en que ella se mudó instaló su vida sobre la vida de él, puso su cama, su librera, el escritorio. Suficiente para el pequeño apartamento que ahora era de ambos.

Sexo a diario, sexo anal, objetos sexuales, golpes.

Era rutinario.

Todas las mañanas un beso en la vagina, cocaína, marihuana, adicciones.

Adictivo y rutinario…

Inhaló un poco y continuó escribiendo alguna columna para algún periódico. De eso sobrevivían, de las columnas que ella escribía y de los esporádicos y muy mal pagados proyectos audiovisuales en los que él trabajaba.

Rutinarias las fiestas en el apartamento, también el sexo, los gritos y los golpes luego de la fiesta.

Lo arrinconó en la ventana, besó su cuello; una ventana grande y frágil.

Lo empujó.

Eran las tres de la madrugada. Agarró todo lo que pudo: dinero, libros, drogas y calzones y se largó.