Te Prometo Anarquía

que no cese el afán de las tribulaciones y que el movimiento de los remos nos lleve intactos al encuentro con la lejanía de los nombres y las cosas

fernando quisquinay

 

[FERNANDO QUISQUINAY]  

 

TEXTO PERDIDO EN UNA LIBRETA

 

Sin sueños

Aletargado

Caminando entre rostros que reflejan

Impaciencia

Avanzar con premura para luego volver

 

Día a día

A ser nuevamente rostro

Sonrisa

 

Día a día

Retroceder en la memoria

Y encontrarlos

Ahí donde los dejé

Donde no están

 

BOCETO III

 

XIII     La suma de todos

            La ausencia de nadie

            La pequeña alma

                        Tatuada en la nada

            Una sombra

            Una lluvia intensa                                                                             

                        En descampado

            La suma de palabras.

 

XIV     Desearía escribir

            La más bella palabra

            Para nombrarte,

            Pero no la tengo

            Y entonces

            Sólo diré tu nombre.

 

XV      Como nació la necesidad

            De poner en palabras lo que

            Nace de mi ser,

                        ¿Por qué duele algo?

                        ¿Por todo lo callado?

                        ¿Por qué al final no sabes

                          De mi nada?

            ¿Por qué me asfixia el llanto?

            ¿Por los besos que no fueron?

            ¿No sé?

            ¿Y no te importa?

 

XVI     ¡He malgastado el tiempo

            Anhelando nacer en tus ojos!

 

XVII    Para volver debo saber

            De donde vengo, y tan solo

            Tengo un rumbo perdido,

                        Una brújula sin norte

                        Unos ojos parpadeando

                        En la lejanía.

            Para volver necesito irme.

                                              

XVIII  Continuar navegando

            Hacerme pájaro

            Ensayar el vuelo

            Con la magia que nace del

            Hechizo de lágrimas y pez

            En tus manos.

 

XIX     Nada es ilusión

            Nada es ilusión

                        Ilusionada

                               Es…

 

XX      y la distancia

                  Os hará libres…

 

TEXTO ESCRITO EN UN MENSAJE QUE NO ENVIÉ

 

Y si te dejo en esta distancia, una flor en tu sonrisa, un pequeño monstruo de alas suaves aguijoneando tus ojos…

Y si ese resplandor ahoga de una vez por todas la oscuridad de la distancia…

Te dejo en esta oscuridad la huella de tus propios pasos que llegaron y se fueron, sin ser, sin estar…

Y en la temible orilla de tus sueños, cada cosa que dejaste tirada, sin terminar, sin empezar, vacía apenas…

Y si te dejo mil veces tu nombre escrito en el viento para que lo recuerdes, para que reconozcas tus voces, tus rostros

Y describas tú, el espacio vacío de tu cuerpo cerca de la alegría…

Te dejo la famosa manera de olvidarme… aléjate

Te dejo mi nombre escrito en el viento para que no lo recuerdes.

 

DEFINITIVAMENTE

 

I

 

Dos rostros

Dos distancias

Dos formas de ir

Dos escasas vidas

Dos extrañas maneras

        De huir.

 

II

 

Y de manera que no entiendo

Te describo desde la

Nada, desde el todo,

Desde el quizá,

Y pongo dos rostros,

Para definirte, para dividirte

En partes diferentes.

Para descubrir qué es lo tuyo

Y qué es lo mío.

Para convencerme de lo que yo veo

En realidad es lo que eres.

 

DE IMAGEN LEJANA

 

Qué cosas podrías guardar

Para reconocerme al final de la historia

Como debería ser mi rostro

Cuando tus manos digan adiós

 

Podría tener miles de nombres

Grabados en mi pupila

Y aun así encontrar uno solo que me describa intacto

Entre las sombras

 

Qué cosas no cambiarán

Cuando no recuerdes quién fui

Y encuentres en una vieja gaveta

Mis escombros escritos en hojas amarillas

 

Quizá ningún recuerdo se conserve

Como las pequeñas palabras que alguna

Vez escribí en un teléfono

Cuando te nombré princesa

De un reino que sólo existe en un papel

 

RETAZOS II

 

De vez en cuando la sorpresa desaparece, ya no se dibuja en tus ojos, la costumbre aísla lo que antes era extraordinario, pero queda la oportunidad de pestañear, abrir los ojos para que el viento dibuje nuevamente rostros en las nubes, para que los árboles bailen al ritmo del firulete. Sopla el viento y escuchas las hojas caer y ante tu mirada las jacarandas vuelven a florecer como tocadas por la magia de tus manos, te recuerdan aquellas innumerables noches cuando sentado en el corredor buscabas las constelaciones. Sigo aquí sentado descubriendo sonidos, olores, pedazos coloridos de un mundo que ya no es. Los rostros son distintos pero yo sigo aquí, sentado. Tus manos ya no son las mismas y las mías están vacías. Dejo pasar el tiempo, jaloneo su dulzura para cubrirme en estos momentos insanos y cabalgo minutos días en busca de una razón para la locura. Pasan horas-rostros, cada una con un pequeño recuerdo bordado con una mirada que no logré olvidar.

25 de enero de 2012
1968, Guatemala Ciudad, poesía, prosa

una intervención en “que no cese el afán de las tribulaciones y que el movimiento de los remos nos lleve intactos al encuentro con la lejanía de los nombres y las cosas”

  1. Ruth Vaides dice:

    A veces también se necesita un poco de luz…. gracias!

¿algo qué decir?