Te Prometo Anarquía

entre madrugadas y mañanas se concentra el temblor de un cuerpo expuesto, a merced de la intemperie, cuando la voz es casi ofrenda

anna cosenza

 

[ANNA COSENZA]

 

EVENTUALMENTE

Eventualmente vendrán los problemas
por haberlos mantenido en el olvido durante tanto tiempo
dentro de la cabeza de nuestros contrincantes callejeros
y en los ojos de la gente pobre que llora al atardecer. 

Eventualmente me carcomerá la oscuridad
que guardaste en tu alma con doble candado
mientras coqueteabas con la vecina de piernas largas
y pretendías ser hijo de mi madre. 

Eventualmente te romperé la nariz
en mil agujas de punta fina
por haber reemplazado tu presencia por la de una fotografía
y me verán llorar todos los días a las seis en punto.

Eventualmente el sol saldrá y congelará al mundo
en un ruidoso cubo de cristal
ahí estaremos todos los que hemos llegado a esta caída abismal
y podremos cantar y emborracharnos 
y olvidarnos que la desdicha existe.

Eventualmente serás un hombre sabio
y hablarás con los pies al igual que las bestias
quienes ahora desgarran la piel de nuestros antepasados
perdonándoles todos los pecados.

Eventualmente caeré podrida
como la mierda que nos llueve todos los días
cosa que barremos de nuestras casas
y tratamos de no mencionar.

 

VÁMONOS

Déjame escaparme de tus piernas, huyamos juntos a la isla/tierra. Vámonos. Baby baby. El mundo es grande y nos espera. Allá afuera están los sueños. Encontrémoslos. Se trata de encontrarlos, y pelear con los dientes, y con la sangre y con las uñas hasta obtenerlos. Se esconden entre lo absurdo y lo ingenuo. Esperan como bestias, con sus dientes amarillos y ojos rojos. Es de domar estos sueños de locura que nos poseen, y si no, pues correr con ellos, y volvernos salvajes. Convertirnos en parte de su saliva y aferrarnos a esos dientes que antes nos asustaban y si no… Pues quedémonos aquí, que mi cama es mundo también, y las sábanas siguen frías. Volvámonos montañas bajo las sábanas y besémonos bien juntitos. Agárrate de esta piel con tus dedos y ese tacto de serafín enloquecido, y desvanezcámonos entre estar aquí y en ningún otro lugar. 

 
Pequeña era

pequeña de manos diminutas y cintura clandestina
que coqueteaba con el sol al descaro
y en toda su pequeñez guardaba el mayor espacio
para recordar los sabores de verano
y callar su minúscula voz frente a los monstruos carismáticos
y tragarse los gritos de ser necesario
aunque quedara la lengua negra
y el corazón pesado
que igual no pesaría tanto
por tan pequeña que era

 
ANTOJOS

Tengo un antojo incontrolable de tirarme en un campo de girasoles a leer un libro. Distraerme por esas nubes bailarinas que se contonean con gruesas caderas de un lado al siguiente. También tengo antojo de un jueves. Un jueves como el que pasamos el verano pasado, donde no importaba la lluvia ni los silencios y corríamos entre las avenidas enloquecidos, fantaseando con hombres lobos y Peter Pan. Tengo también antojo de una de esas granizadas de limón. Con mucha pepita, consomé y chilito picante. Que le echen mucha sal porque me gusta con sal. Tengo un antojo de estar contigo, y de uno de esos besos que me das entre miradas cómplices. Desde ayer tengo antojo de aprender a desaparecer o de volar, o hacer cualquier cosa, pero que sea fantástica y con la que te pueda impresionar. Sería chilero, ¿no? Y aún sigo con más antojos. Por un elote loco, una galleta de miel, tirarme en una hamaca, ver un atardecer. Viajar, y viajar mucho. Antojo de verte. Antojo de silencios. De Santos, de chistes. Libros en tardes con lluvia, bossa nova, vinito tinto, compañía (la tuya), frasecitas cursis, aprender francés y setecientas ochenta y cuatro cosas más.

 

HABITA

Los inviernos comienzan en el suelo 
y terminan a cientos de metros en el aire. 
Se han apilado unos sobre otros con el correr del tiempo
y todo ese frío acumulado ahora me persigue 
como bestia hambrienta por sangre fogosa.
 
No logro encontrarme a mí misma en medio de esta fuga.
Mis pulmones agotados cuelgan en los árboles 
mientras yo irreconocible observo mi reflejo.
Tanto he recorrido para terminar en el mismo lugar.

Quisiera que me llevaras más allá del horizonte, 
a las islas donde habita el verano.
Y donde entre las olas del mar yace la verdad esparcida;
llévame a estos parajes donde no hace falta hablar, 
y en silencio habitaremos la misma piel. 

 

LENGUAS Y BOCAS

Dicen por ahí que existen malas lenguas.
Lenguas que lastiman
Lenguas que matan.

Dicen que hay cosas que no se deben decir.
Bocas que callan. Bocas que duran. Bocas seguras.

Yo prefiero las bocas abiertas.
Las bocas que gritan. Las bocas que sienten.
Las bocas con el corazón en la lengua.
Lengua que ama. Lengua caliente.

 
QUÍTAMELO

Desnúdame bajo el marco de la puerta,
entre este absurdo pasado y el futuro tan incierto.
Quítamelo todo, déjame expuesta al sol.
Que nunca es tarde para quitarse todo lo que sobra
ni tampoco para hacer el amor.

04 de mayo de 2011
1987, Guatemala Ciudad, poesía, prosa

una intervención en “entre madrugadas y mañanas se concentra el temblor de un cuerpo expuesto, a merced de la intemperie, cuando la voz es casi ofrenda”

  1. -Josue dice:

    Sin palabras…. La frescura de los versos me impresiona, son sueltos pero envolventes, algo así como paradójicos… Me Gustaron…. y mucho….

¿algo qué decir?