Te Prometo Anarquía

deja que pase la luz, deja que la medicina inunde tu alma y que caiga el peso que te agobia la existencia

lucía silva

 

[LUCÍA SILVA]

 

Lúgubre recuerdo perdido en la memoria del incansable necio que oculta penas y sobrepasa caricias. Sobria mirada la de la mujer amada que encarna en su vientre la tristeza de un fruto vacío y vencido por el viento. Caminos de polvo con espinas, llenos de felicidad a medias, cuántas noches he de oír su voz trémula ante el recuerdo que llena y agranda ese espacio. En solitario me despido noche a noche con un beso, pero las lágrimas se caen y se pierden, ¿se habrá perdido él también?

 

MUERTE

 

Muerte, tan pálida y tan lúcida a la vez,

¿Dónde estás cuando te llamo y por qué me abrazas cuando no estoy?

 

Cantas sobre mis oídos

El frío dicho que reprime mi condena

Y es tan oscura tu mirada que al reír contigo perdería mi inocencia.

 

Calma las ansias de la espera abrumadora,

Que en mis ojos no hay cristales que ya por ti bañen ilusiones,

El olvido es ciencia difícil para mi mente recurrente

Y el tiempo ya no borra lo que te hace tan presente.

 

No te burles del cansancio de mis fuerzas que aún no despiertan, después de la agonía,

Mis alas ya caídas pierden la fe de levantarse entre las rosas.

 

Sólo no me lleves a las llamas

Que en vida queman más que el fuego de tus entrañas.

 

No me despiertes de este sueño tan profundo,

Que caer de nuevo no sería tan humano,

Mejor hazme parte tuya

Y no me entregues a las fieras

Que consumen la esperanza.

 

Háblame despacio y sin verme a los ojos,

Trágame tan lento que no se sienta tu aliento a tristeza

Y yo no sepa que has ganado.

 

* * * * * *

 

Sobre una lágrima espesa yace la virtud que se desprende desde el fondo y recorre con exactitud los limbos de mi canela piel, va disecando orgullos y virtudes hasta agobiarse endurecida por el sol, como una aliviada orquestina que amanece afónica, desbaratando nubes. O talvez como el volcán que se vuelca y arde, rompe y dibuja insospechables maravillas sobre un cielo oscurecido.

 

 

 

EL SILENCIO

 

Me siento incompleta desde que perdí la palabra

He buscado entre mares y arenas

Perdidas, lejanas y oscuras,

Abruptamente he notado su desaparición.

 

He perdido el olvido

Anuncio con pena que no lo recuerdo

¿Saben de él?

¿Alguien le conoce?

 

Lóbrega y apaciguada manera

De deshacerse de mí,

Tan sutil, tan débil

Que casi ni le siento.

 

Ya mis ojos ciegos

No lloran por él,

Pues la luz en la que se reflejaban

No se dejará ya más nunca ser,

Pues ahora le reconozco,

y el viento me susurra al oído:

«El silencio».

 

VIAJES

 

Empaco…

 

Coloquios angustiosos,

Silentes componendas

Que relatan invariantes

Los vocablos morroñosos,

Invidentes quebrantos

De poca devoción.

 

Desdoblo…

 

Pensares afligidos

Impotentes argumentos,

Que aspiran pernoctar

En tu designio.

 

Menguo y titubeo…

 

Escurro de tristeza,

Alondra vulnerable,

Beso lejano

Que se encierra en mi baúl.

08 de febrero de 2010
1980, Antigua Guatemala, poesía, prosa

2 intervenciones en “deja que pase la luz, deja que la medicina inunde tu alma y que caiga el peso que te agobia la existencia”

  1. la-filistea dice:

    Que buenas imágenes recreas con las palabras sin dejar pasar las emociones que se sienten al leer Muerte.

    Buen trabajo!

  2. diego s dice:

    buenos textos lucia. las imagenes, e inluso el sonido que tienen tus palabras. un abrazo!

¿algo qué decir?